Colin Percival tiene hoy 33 años. Es un excelente matemático y, al igual que muchos de ellos, tiene un talento impresionante para la música. Cuando tenía 17 y estaba a punto de entrar en la Universidad canadiense de Simon Fraser se dedicó a hacer esas cosas raras que hacen los matemáticos en su tiempo libre: su obsesión era calcular dígitos del número Pi en sistema binario. Es decir, buscaba encontrar más ceros y unos en la representación binaria del famoso número irracional, que como sabéis es la relación entre la longitud de cualquier circunferencia con su diámetro.
El valor numérico de π, truncado a sus primeras cifras, en sistema decimal es 3,14159265358979323846. Para llegar a él basta con dividir la circunferencia de un círculo cualquiera entre su diámetro. El problema es que para tener un resultado preciso se necesitan unos datos de partida exactos y un cálculo infinito. De cualquier otra forma obtendremos solo una aproximación de π.
Y este hecho, que cualquier número decimal o binario finito de π será siempre una aproximación por muchos decimales o dígitos que tenga, ha cautivado a matemáticos de todas las épocas
Colin Percival fue uno de ellos. Su proeza fue batir el récord de dígitos binarios utilizando una red inicial de 25 ordenadores en calculo distribuido diseminados por todo el mundo. Todo ello al acabar el instituto. Para ello fundó en 1998 el proyecto PiHex, el mayor cálculo distribuido de π intentado con éxito hasta esa fecha.
Era la segunda vez que alguien lograba unificar y distribuir el cálculo de operaciones computacionales a gran escala de un proyecto de investigación a través de una red informática conectada por internet. Justo antes de nacer el proyecto Seti Home para la búsqueda de inteligencia extraterrestre en 1999 y poco después de sentar las bases del Distributed.net, que fue lanzado en 1997.
Colin Percival ideó un programa de código abierto que se instalaba en ordenadores satélites para calcular trozos de π en los tiempos de inactividad de estas máquinas. El cálculo binario de π se realizaba utilizando la fórmula de Bellard y el primer hito lo logró el 30 agosto de 1998, tras 13.500 horas de cálculo de las 25 máquinas asociadas desde seis paises distintos.
Ese día el sistema le devolvió los dígitos binarios de π desde el cinco billones menos tres hasta el cinco billones setenta y seis
00000111111001000101011100110011110011000111100100001011010110110101100101111001
El dígito número cinco billones (4,999,999,999,999+1) era un 0. Un año más tarde lograría el dígito 40 billones (otro 0) y en el año 2000 el dígito 1.000 billones (un 0 más). Este último con 1,2 millones de horas de cálculo y 1.734 máquinas en la red distribuida. Todo un logro hasta la fecha.
Hoy en día el récord de Percival se ha quedado desfasado al entrar en juego el poder computacional de los grandes superordenadores. El valor de sus logros y los de sus sucesores no es lograr la cifra más lejana de π sino desarrollar los algoritmos más sencillos y rápidos que faciliten ese trabajo y del que se benefician otros sistemas de cálculo distribuido o fragmentado.
No confundir los récords de cálculo decimal con los récords del cálculo binario. El récord actual en sistema decimal es de 12,1 billones y en sistema binario es de 2.000 billones, el doble que el último cálculo logrado por el equipo de Colin Percival.
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