Una investigación internacional publicada hoy en PLOS Pathogens revela cómo una combinación de anticuerpos de llamas puede destruir una amplia gama de virus circulantes de VIH. La llama (Lama glama) es un mamífero doméstico de Sudamérica que rara vez se emplea como animal de investigación, pero esta vez los científicos se han fijado en él porque sus características lo hacen especialmente interesante para avanzar en la lucha contra el virus causante del sida.
La mayoría de las vacunas funcionan induciendo una respuesta inmune basada en anticuerpos neutralizantes, que se unen a un virus e interfieren en su capacidad para infectar las células. Sin embargo, en el caso del VIH los científicos aún siguen buscando una vacuna segura y eficaz que desencadene el desarrollo de anticuerpos que reconozcan y prevengan la infección.
Laura McCoy, investigadora del University College de Londres, explica que “en el laboratorio es más fácil trabajar con los anticuerpos de llama, ya que están constituidos por un solo gen, mientras que los humanos y los de la mayoría de las especies están formados por dos genes, que tienen que ser emparejados correctamente”. Además, los anticuerpos de llama son más pequeños que los humanos y se unen más fácilmente a la superficie del virus.
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