No es nuevo que los premios de la Academia de Hollywood tengan cierta predilección por los actores que interpretan a personajes enfermos o discapacitados. Y este año, la 87ª edición de los Óscar ha vuelto a dejarlo claro.
Las dos categorías interpretativas principales han caído a manos de Julianne Moore, por su papel de una mujer con alzhéimer en la película Siempre Alice, y Eddie Redmayne, por interpretar al científico Stephen Hawking en el momento en que le diagnostican esclerosis lateral amiotrófica (ELA) en La teoría del todo.
Los propios protagonistas no se han olvidado de hablar de estas patologías en sus discursos de agradecimiento: "Soy muy consciente de que soy un hombre muy, muy afortunado. Este premio pertenece a toda la gente que lucha el ELA en todo el mundo", ha explicado Redmayne.
Moore tampoco ha dudado en expresar su alegría: "Estoy tan contenta de haber podido hablar sobre el alzhéimer”. No era la primera vez que una actriz optaba a hacerse con el Óscar por interpretar a un paciente con alzhéimer. Judi Dench ya estuvo nominada por la película Iris (2001) y también Julie Christie por Lejos de ella (2006).
Sin embargo, ninguna de ellas pudo hacerse con el galardón. Tampoco lo consiguió Gary Cooper con su nominación por El orgullo de los Yankees (1942), en la que interpretaba al jugador de béisbol Lou Gehrig, quien falleció a los 38 años por padecer ELA (por ese motivo es conocida también como la enfermedad de Lou Gehrig).
“Películas como estas, en las que se da una visión bastante fidedigna de la enfermedad, ayudan muchísimo a fomentar la concienciación de los pacientes neurológicos”, ha comentado Carlos Tejero, vocal de la Sociedad Española de Neurología (SEN).
No hay comentarios:
Publicar un comentario