Diversas fallas del oeste de la península ibérica se produjeron hace 308 millones de años. Una investigación de la Universidad de Salamanca en colaboración con expertos internacionales ha datado muestras procedentes de fracturas del terreno como la que une Juzbado, en Salamanca, y Penalva do Castelo, en Portugal, una falla de 160 kilómetros.
Los datos, que han sido publicados en la revista científica Tectonophysics, coinciden en el tiempo con un gran evento geológico, el plegamiento del terreno conocido como Orógeno Varisco, que afectó al oeste de la península e hizo surgir las cordilleras actuales.
El equipo de Gabriel Gutiérrez-Alonso, científico del departamento de Geología de la institución académica salmantina lleva años estudiando este fenómeno y con esta publicación cierra un importante capítulo de su investigación. “Hay grandes fracturas que recorren el oeste de la península ibérica cuya edad no estaba determinada. En este trabajo las hemos datado y hemos comprobado que son coetáneas del plegamiento que sufrió esta zona y cuyo resultado son las rocas actuales”.
Además de Juzbado, las muestras analizadas se tomaron en Villalcampo (Zamora), Malpica de Bergantiños y Punta Langosteira (La Coruña) y en Portugal, cerca de Oporto. La datación ha sido posible al calcular su edad mediante su “reloj isotópico”, es decir, usando isótopos de potasio y argón del mineral mica moscovita que actúan como relojes.
Lo curioso es que las muestras de estos cinco enclaves peninsulares han tenido que viajar miles de kilómetros para obtener los resultados. En Adelaida (Australia) fueron seleccionados los minerales, de allí se trasladaron a Ontario (Canadá), donde se introdujeron en un reactor nuclear durante más de 30 horas y volvieron a Australia para ser analizadas en los laboratorios de la Curtin University de Perth (Australia) por el investigador Fred Jourdan mediante el calentamiento en un sofisticado láser hasta su fusión.
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