La bióloga de la Universidad de Adelaida había observado que las mujeres obesas no respondían bien a los tratamientos de fertilidad y que tenían una tendencia al aborto espontáneo, al margen de que concibieran o no de forma natural.
En el nuevo trabajo, los investigadores hallaron que los óvulos de los ratones de laboratorio con problemas de obesidad se diferenciaban en algunos aspectos respecto a sus pares delgados. Uno de ellos se observó en las mitocondrias, que producen la energía que se necesita para la actividad celular, y que en el caso de los ejemplares con sobrepeso estaban dañadas, eran disfuncionales o había menos de las que debía.
Además hallaron una menor cantidad de ADN mitocondrial en los embriones de los ratones de laboratorio obesos en una gran gama de tejidos, entre ellos los del corazón, el hígado, los músculos y los riñones, incluso cuando estos embriones fueron trasplantados en el vientre de un ratón delgado. Los científicos también lograron revertir el daño en los óvulos de los ratones de laboratorio a través de medicamentos que redujeron el estrés celular, lo que abre la posibilidad de que se pueda crear un tratamiento para las mujeres obesas.
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