jueves, 9 de octubre de 2014

Puntos débiles del ébola: así evolucionan las investigaciones para una cura del virus

Sigiloso, esquivo, demoledor y aparentemente indestructible. Son cuatro de los adjetivos que podrían usarse para describir a uno de los mayores enemigos del ser humano, el letal virus del Ébola, que causa fiebres hemorrágicas y fallo multiorgánico y puede llegar a matar a nueve de cada diez enfermos. Y está en España.
Virus del ÉbolaLa buena noticia es que las vacunas para poner freno a esta enfermedad que se extiende por África occidental y que acaba de hacer su aparición en Europa ya vienen en camino.
Un equipo internacional de investigadores anunciaba el mes pasado que ha logrado la inmunidad a largo plazo frente al Ébola empleando una vacuna basada en un adenovirus, el ChAd3, y usada de momento con éxito con macacos. Según los autores del trabajo, “este ha sido el primer régimen de vacunación que ofrece protección contra el virus unos diez meses después de la administración”. Las anteriores pruebas en animales solo mantuvieron la inmunidad en un plazo de cuatro a cinco semanas después de la vacunación. En humanos ya se ha anunciado la fase 1 del ensayo clínico.
no es la única línea de acción para impedir que el virus siga haciendo de las suyas. Desde que se descubrió en 1976, al Ébola se le han ido encontrando progresivamente algunos puntos flacos.
Sin ir más lejos, el año pasado Christopher Basler, microbiólogo de la Escuela de Medicina Monte Sinaí de Nueva York, encontró en el virus una proteína llamada VP35 cuya función es desactivar el sistema inmune para no ser atacado y poder invadir el organismo a sus anchas. De hecho esta es una de las principales claves que hacen del Ébola un microorganismo tan virulento: una vez que se "cuela" en el cuerpo causa una especie de cortocircuito del sistema inmune y desactiva la respuesta de defensa natural del organismo. Pero si se bloquea la proteína VP35, nuestro sistema inmune sí sería capaz de "noquear" al Ébola, lanzando contra él nuestras mejores armas (anticuerpos) para impedir que se multiplique.
Científicos del Instituto de Investigación Scripps de California han encontrado un mecanismo molecular por el que el virus del Ébola puede comportarse como una especie de robot transformer y adoptar diferentes formas a lo largo de su vida con diferentes roles: una para cruzar la "frontera" de la membrana, otra específicamente ideada para poder ensamblar y fabricar nuevos virus masivamente... Si se bloquea la proteína clave de este sistema, el virus quedaría permanentemente desactivado.
Por su parte, el químico estadounidense Duncan Wardrop ha estudiado exhaustivamente más de 230 compuestos a fondo hasta dar con una pequeña molécula que impide que el virus entre a las células. Es como quitarle su llave maestra: sin ella no accede a las células, y por lo tanto no puede dañarlas, ni causar hemorragias, ni por supuesto reproducirse.
Dicho de otro modo, usando esta molécula el enemigo quedaría atado de pies y manos y no podría infectarnos. De momento la probarán como antiviral en animales, con la esperanza de que ofrezca un tratamiento global y eficaz ante una posible futura epidemia.

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