En menos de dos generaciones humanas la población de especies vertebradas se ha reducido a la mitad en los últimos 40 años. Así de contundente es el informe publicado por La ONG WWF, el 'Índice de Planeta Vivo 2014' que analiza cada dos años la tendencia vital de más de 10.000 poblaciones de 3.038 especies de vertebrados.
Las especies más perjudicadas según su hábitat son, en primer lugar, las especies de agua dulce, con una disminución de un 79%, frente al 39% que registran las especies terrestres y marinas en este periodo de cuatro décadas desde 1970.
"Hemos perdido la mitad de la población animal y, sabiendo que esto está impulsado por el consumo humano, debemos luchar y actuar ya", afirma Mike Barratt, director de ciencia y política de WWF.
LOS DATOS MÁS IMPACTANTES
- Dos de cada tres personas vivirán en una ciudad en 2050.
-Cada año se destruyen 13 millones de hectáreas de masa forestal.
-500 millones de personas, afectadas por la construcción de presas.
-52% de los stocks de pescado marino, plenamente explotado.
-Entre 1996 y 2005, el 92% del agua es consumida por la agricultura.
-Sólo una tercera parte de los ríos del mundo de más de 1.000 km, sin presas en sus principales cauces.
- En 40 años, España ha duplicado su huella ecológica global.
Una de las especies terrestres susceptibles de desaparecer es el elefante africano de bosque, que está en peligro de extinción y su rango de ocupación se reduce a un 6%. El estado de la fauna animal es alarmante y así lo reflejan el número de tigres en el mundo, que ha descendido de 100.000 a 3.200 ejemplares.
El delfín de río chino o Baiji, una especie extinguida desde hace tres años, fue uno de los damnificados por las consecuencias de la fragmentación de sus hábitats, la contaminación y las especies invasoras. A pesar de su consideración como ave marina legendaria, los Albatros no sortean la extinción, ya que son una de las principales presas de los furtivos.
El informe recalca que entre las causas se encuentra el impacto de la acción humana. En concreto la que conduce a la pérdida o devastación del hábitat natural de estos seres vivos (para construir o dedicar la tierra a la actividad agrícola o sector urbanístico) y la explotación por parte de la caza furtiva o la pesca, la tala de árboles y la emisión de Co2 por encima de los niveles soportados por la tierra.
Esto conlleva inevitablemente a sufrir las causas del cambio climático, que repercute directamente a la reproducción natural de los seres vivos.
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