El rápido derretimiento del hielo marino en el Ártico ha obligado a unos 35.000 morsas del Pacífico a retirarse a la costa de Alaska.
Las morsas son expertas buceadoras y con frecuencia se sumergen cientos de metros hasta el fondo de la plataforma continental para buscar alimento. Pero utilizan hielo marino como plataforma para dar a luz, amamantar a sus crías y eludir a los depredadores, y cuando es escaso o inexistente acaban refugiándose en tierra firme. La disipación de hielo es probablemente atribuible a los cambios derivados del cambio climático global.
"Una de las diferencias entre esta distancia y otros es el tamaño y el número de animales que llegan a la costa".
Los investigadores estiman que al menos 35.000 morsas han acabado por abandonar sus áreas tradicionales del Mar de Chukchi, y están en la localidad costera de Point Lay, a unos 1.130 kilómetros al norte de Anchorage. Estas bestias con colmillos pueden medir tres de largo y pesar 1.225 kilos.
Este movimiento de masas puede ser peligroso para las morsas jóvenes que pueden ser pisoteadas por una estampida provocada por los aviones o los depredadores, como los osos pardos y osos polares. Se estima que la población de morsas del Pacífico puede rondar los 250.000 ejemplares.
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