jueves, 26 de marzo de 2015

Comprueban que un cuerpo más del Sistema Solar tiene anillos como Saturno

Los conocidos como centauros son cuerpos rocosos de menor tamaño que los planetas y que orbitan alrededor del Sol entre Júpiter y Neptuno. El primero de ellos, descubierto en 1977, fue precisamente Quirón, y el más grande de todos es Chariklo, que fue hallado en 1997.

Ahora, gracias a un estudio realizado en el MIT, han podido comprobar que alrededor de Quirón también hay una nube de gas y polvo que orbita y forma anillos. Los investigadores estaban con la mosca detrás de la oreja desde 2011: analizaron este centauro tras su paso por delante de una estrella y comprobaron que su sombra no era común. De hecho, las mediciones iniciales les hicieron suponer que poseía un disco orbitando alrededor similar al de Saturno o Júpiter.

Quirón también tiene anillosPara confirmar estas sospechas los científicos utilizaron dos telescopios situados en Hawaii: el Infrared Telescope Facility situado en Mauna Kea, y el Las Cumbres Observatory Global Telescope Network, en Haleakala. Primero, tuvieron que trazar las trayectorias de las estrellas lejanas y de Quirón para saber exactamente cuándo pasaría por delante de una y realizar análisis más exhaustivos. El 29 de noviembre de 2011 fue el día calculado para una perfecta observación.
El grupo analizó la luz que llegó a los instrumentos de medición y detectó algo. Un cuerpo simple, sin material dando vueltas alrededor, crearía un patrón sencillo y bloquearía la luz de la estrella del todo. Sin embargo, los investigadores observaron rasgos simétricos y afilados cerca del comienzo y el final de la ocultación estelar. Eso significaba que algún tipo de material, como el polvo de un anillo, podría estar bloqueando una fracción de la luz de la estrella.

"Es interesante, porque Quirón es un centauro situado en la parte central del Sistema Solar, entre Júpiter y Plutón, donde se pensaba que los objetos no serían muy activos pero, por el contrario, está resultando que sí que lo son”, explica Amanda Bosh, profesora del Departamento de Ciencias de la Tierra,  Atmosféricas y Planetarias del MIT.

Hasta que se encontraron los anillos de Chariklo se pensaba que estos cuerpos pequeños carecían de esas estructuras. Los anillos de Quirón confirman, una vez más, que la ciencia tiene mucho camino por delante para desentrañar los secretos de nuestro universo.

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