Se ha pasado cuatro años obteniendo imágenes de Mercurio, pero a la sonda Messenger de la NASA le ha llegado su hora. El lunes, la agencia estadounidense hacía pública la última fotografía tomada por la nave, como homenaje antes de cumplir con su fatal destino: según las previsiones, se estrellará sobre las 21:30 horas de esta noche contra la superficie del planeta que tanto tiempo lleva observando.
No se trata, sin embargo, de un suicidio, sino de una muerte anunciada. Desde que abandonó la Tierra en 2004, sus creadores sabían que su tiempo de vida coincidía con la duración del combustible. Ahora, con sus reservas de energía agotadas, la Messenger ya no es capaz de contrarrestar la atracción del campo gravitatorio del Sol.
Aunque iba a terminar impactando con Mercurio de todas formas, la NASA ha preferido controlar el golpe. Durante las últimas semanas ha modificado la órbita de la nave para provocar el impacto, que se producirá a unos 3,91 kilómetros por segundo.
El suceso tendrá lugar en la cara del planeta que no está orientada hacia nuestro planeta, con lo que no podremos ver el evento en tiempo real. Afortunadamente, el objetivo de la agencia estadounidense es inmortalizar el momento de la colisión y el cráter subsecuente.
La Messenger ha sido la primera sonda en situarse en la órbita de Mercurio; debido a la proximidad del astro rey, resulta complicado mantener una trayectoria estable a su alrededor. Habrá que esperar hasta 2024 para que otro ingenio
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